SUMMARY
En esta conversación emergen una serie de articulaciones entre psicología, arte y educación, como instancias vitales para la formación de niños y profesores. En su narrativa, Adrianne entrama recursivamente la cartografía del territorio que habita y sus experiencias, como impulsos decisivos para pensar, desear y proyectar otra forma de hacer y ser educación. Entiende la urgencia por gestar movimientos que permitan poner en diálogo los conocimientos académicos con las experiencias sensibles, creando espacios vivos dentro de la escuela y la Universidad. Le interesa compartir, profundizar y conectar los estudios de formación, con las pesquisas y el encuentro con el pensamiento. Su propuesta nos invita a reivindicar la escuela como espacio de posibilidad, donde el arte tiene un protagonismo central para la democratización del placer estético. Nos convoca a abrir puertas, para dar lugar a una percepción más consiente de quienes deseamos o podemos ser, co-conformando una pedagogía de la amorosidad, necesaria para hacer de este mundo y la educación, un lugar más amable, donde todos podamos ser partícipes de micro movimientos necesariamente transformadores.