SUMMARY
El artículo aborda las crónicas de Pedro Lemebel tituladas “El Museo de Lo Abarca” (2013) y “La muerte de la Madonna” (1996), y las crónicas de María Moreno tituladas “Solía [Plaza Dorrego]” (2008) y “Siempre es difícil volver a casa” (2001), propiciando un diálogo permanente con otras crónicas de su producción. Se observa en ellas la construcción de lo que llamaremos una “escena de museo” que se dispone al desmontaje crítico, a través del cual el texto “descolecciona” (García Canclini) formas establecidas de acopiar, acumular, usar y exhibir la cultura, como también, ciertas maneras de narrar que le son concomitantes.