SUMMARY
La ciudad de Calahorra albergó las primeras fundaciones del Carmelo reformado en La Rioja. El proceso de fundación fue complejo debido fundamentalmente a las dificultades para encontrar financiación y de mantener su viabilidad a largo plazo. En este sentido, las estrategias seguidas por monjas y frailes fueron sustancialmente diferentes ya que las primeras tuvieron que recurrir al patrocinio de un laico mientras que los segundos pudieron generar por sí mismos los recursos necesarios para garantizar su supervivencia. Por otro lado, esta historia revela el papel fundamental que tuvieron las prioras del convento de san José, especialmente Cecilia del Nacimiento y María de san Bernabé, sin las que no hubiera sido posible el éxito y continuidad de ambas fundaciones.