SUMMARY
La literatura reciente sobre partidos en Argentina ha mostrado que éstos siguen siendo los organizadores de la competencia electoral; al mismo tiempo, son cada vez más dependientes de los llamados líderes de popularidad para ganar elecciones. Sin embargo, la definición de una oferta electoral competitiva es relativamente independiente del problema de la construcción organizativa de un partido. A través del caso de Propuesta Republicana en la ciudad de Buenos Aires, en este artículo mostramos cómo esta fuerza, nacida en 2002 y que combina cuadros políticos de larga data con nuevos ingresantes a la actividad, resuelve con personal político de diferente tipo los dos desafíos que supone la diferencia entre la supervivencia de la organización y la competitividad electoral. Veremos que los dirigentes con mayor involucramiento en la vida interna del partido son los nuevos ingresantes. En cambio, al momento de definir las listas para competir en elecciones, PRO también da espacio a políticos con mayor antigüedad en la actividad. Con esta división del trabajo político PRO consigue a la vez respetar cierta identidad política y ser competitivo electoralmente.