SUMMARY
Este artículo pretende demostrar cómo se recaudaba el diezmo de la Aduana de Río de Janeiro en el siglo XVIII, en una situación en la que este impuesto sobre la circulación de mercancías se convirtió en la principal fuente de sustento de la administración colonial. A partir de la documentación disponible en el Archivo Histórico de Ultramar y en el Instituto Histórico Geográfico Brasileño de Río de Janeiro, trataremos de analizar las formas utilizadas por la Corona para la más eficaz recaudación del tributo, que se realizaba a través de contratistas privados que pujaban por él en el Consejo de Ultramar o mediante la administración directa de la propia Fazenda Real.