SUMMARY
La psicología se ha insertado en los ámbitos carcelarios desde una perspectiva particular, vinculada históricamente a la necesidad de detectar trazos de peligrosidad en las personas privadas de libertad, para poder establecer intervenciones destinadas a contener o modificar esa condición e informar al juez sobre las condiciones de estas personas para su retorno a la vida social. Este texto tiene como propósito discutir el origen de estas prácticas y la posibilidad de formas diferentes de intervención en esos contextos institucionales.