SUMMARY
Since the creation of the state of Israel in 1948, Israeli national identity has been constructed on the basis of national narratives that have excluded the Mediterranean environment. Similarly, an ethno-symbolic, construction of identity has antagonised Israel from both with the Mediterranean environment and its neighbours, especially the Palestinians. However, despite the weight of their different cultural and historical trajectories, a number of contemporary Israeli poets have featured elements of the Mediterranean flora in ways that suggest an ecological convergence with fellow Palestinian poets. This ecological affinity can be seen in the writers’ depiction of humanised elements of the Mediterranean flora, which project a sort of continuity or interrelatedness between human and nature, aligned with the fellaheen’s ecologically sustainable adaptation to the Mediterranean natural cycles, and away from subject-object constructions of identity that lead to the perpetuation of conflict and environmentaldegradation in the Middle East.In this essay I propose to adopt a phenomenological approach to the humanised imagery of the poetry in question based on developments in cognitive and embodiment theories, which conceive body, language and the environment as interconnected. In line with Tim Ingold’s conception of dwelling perspective, which sees the organism-person as unfolding in active engagement with the environment, I pursue an integrated and holistic approach to the writers’ cognitive and sensory engagement with the ecological dynamics of Mediterranean geography. Israeli and Palestinian poetry can be seen as making an important contribution to the creation of alternative constructions of identity in the Middle East based on the ecological dynamics of that which, for centuries, has united the Mediterranean basin beyond cultural and religious differences: the Mediterranean environment. ResumenDesde la creación del estado de Israel en 1948, su identidad nacional se ha construido en base a narrativas nacionales de las cuales el entorno mediterráneo ha sido excluido en favor de una concepción identitaria etno-simbolica que ha alienado a Israel tanto de la cultura mediterránea como de sus vecinos en la zona, en especial de los palestinos. Sin embargo, algunos poetas contemporáneos israelíes sí que han incluido el mediterráneo como parte de su imaginario poético, y lo hacen desde perspectivas que podrían alinearles con tendencias similares en la poesía palestina, a pesar del peso de sus diferentes trayectorias histórico-culturales. Podríamos decir que esta afinidad ecológica compartida se manifiesta principalmente en la presencia de una naturaleza mediterránea humanizada que proyecta una continuidad o interrelación entre los humanos y la naturaleza. Asimismo, esta visión ecológica coincide con las practicas agricultoras sostenibles de uno de los ocupantes ancestrales de esas tierras, el fellaheen, cuya integración sostenible al duro entorno mediterráneo de Oriente Medio se contrapone a construcciones identitarias basadas en el dualismo sujeto-objeto, que tienden a perpetuar el conflicto y la degradación ambiental en Oriente Medio.En este ensayo propongo un acercamiento fenomenológico a las imágenes de naturaleza humanizada presentes en ambas tradiciones poéticas. Este acercamiento está basado en los avances que se han producido en el campo de las teorías cognitivas y las teorías del cuerpo, que coinciden en concebir cuerpo, lengua y mundo desde una perspectiva integradora. En línea con la perspectiva del “habitar” desarrollada por el antropólogo Tim Ingold, la cual concibe al individuo-organismo en proceso de interacción activa con el entorno, propongo aportar un análisis holístico e integrador de la relación cognitiva y sensorial de la poesía en cuestión con las dinámicas ecológicas mediterráneas que emergen en las imágenes de naturaleza humanizada. De este modo, la poesía Palestina e Israelí puede contribuir a la creación de una construcción alternativa de la identidad basada en las dinámicas ecológicas de lo que, durante siglos, ha unido al Mediterráneo más allá de sus diferencias culturales o religiosas: la naturaleza mediterránea.