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Relación entre inteligencia emocional y optimismo vs. pesimismo en trabajadores de centros para personas con discapacidad intelectual | The relationship between emotional intelligence and optimism vs. pessimism in workers of centers for people with ID

SUMMARY

El uso adaptativo de las emociones en trabajadores que ejercen su profesión con personas con discapacidad intelectual resulta determinante para el ejercicio de su actividad cotidiana. Este estudio analiza la relación entre inteligencia emocional y optimismo vs. pesimismo. La muestra está compuesta por 59 sujetos (n=59), con una edad media de 38,59 años (±10,359), pertenecientes a diferentes centros asistenciales. Se emplean los siguientes instrumentos: Trait Meta-Mood Scale-24 (TMMS-24), Emotional Quotient inventory (EQi-C) y Life Orientation Test Revised (LOT-R). Cabe destacar el empleo del coefciente Omega por ser una adecuada medida de confabilidad si no se cumple el principio de equivalencia. Las evidencias muestran la relación entre algunas de las dimensiones de los instrumentos considerados (p<.05) y hay diferencias signifcativas a nivel estadístico entre las dimensiones de inteligencia emocional y la variable sociodemográfca género (p<.05). El análisis de regresión confrma la asociación entre inteligencia emocional (reparación) con optimismo e inteligencia emocional (manejo del estrés) con pesimismo.

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Beatriz Lucas-Molina, Dra., Vicenta Ávila Clemente, Dra., Alicia Pérez de Albéniz, Dra., Eduardo Fonseca-Pedrero, Dr.    

El objetivo del presente estudio fue analizar el impacto de una intervención en educación emocional en un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual. Los participantes fueron 16 jóvenes (7 mujeres) con discapacidad intelectual ligera o moderada de eda... see more


Deserción estudiantil durante los primeros cinco años de la carrera Medicina Deserción estudiantil durante los primeros cinco años de la carrera MedicinaFundamento: los factores relacionados con la deserción y el fracaso académico son indicadores necesarios a conocer, para que las instituciones educacionales tracen directrices que conduzcan al éxito.Objetivo: determinar la relación que tienen algunos factores con la deserción escolar de estudiantes, durante los primeros cinco años de la carrera Medicina, en la Filial de Ciencias Médicas de Puerto Padre, perteneciente a la Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas.Métodos: se realizó un estudio analítico retrospectivo en 87 estudiantes de Medicina, matriculados en el curso 2015-2016. La muestra se dividió en dos grupos: uno con las 20 bajas docentes del periodo y el otro con los 67 que continuaron estudios. Se analizaron las variables: sexo, edad de inicio, motivación, orientación vocacional, hábitos de estudio, coeficiente de inteligencia, nivel educacional de padres, funcionamiento familiar, rendimiento en pre-universitario, resultados universitarios y repitencia.Resultados: el 22,98 % de los estudiantes matriculados abandonó la carrera, todos en los tres primeros años; el 90 % eran del sexo femenino; la desmotivación alcanzó el 60 %; 70 % dedicaban menos de 15 horas semanales al estudio; el 60 % repitió al menos un año de estudio; 20 % presentó promedio de las pruebas de ingreso entre 70 y 79 puntos y el 75 % obtuvo resultados universitarios inferiores a cuatro. La repitencia escolar, los malos hábitos de estudio y la desmotivación por la carrera resultaron factores significativos.Conclusiones: se identificaron factores asociados a la deserción escolar, que ocurrió en esta población de estudiantes.

José Ramón Martínez-Pérez,Yunelsy Ortíz-Cabrera,Elmer Héctor Pérez-Leyva,Rebeca Guevara-González,Yenny Ferrás-Fernández    



Manuel Soriano-Ferrer, Mª Carmen Contreras-González, Carmen Corrales-Quispiricra    

El presente estudio examinó el rendimiento en lectura de los niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL). Treinta niños con TEL y 32 niños con desarrollo normal del lenguaje, equilibrados en género, edad cronológica e inteligencia, fueron evaluados... see more


Martí, su presencia en la Universidad Médica Martí, su presencia en la Universidad MédicaHace más de una década el Ministerio de Educación Superior puso como meta para la Universidad Cubana, la formación de profesionales más integrales, humanistas y capaces de cumplir conscientemente su función social. A primera vista el desafío parecía solucionable desde nuestras aulas en algunos años, el tesón y la calidad de nuestros profesores se convertía entonces en el arma protagónica de aquella lucha. La verdad fue que cada aula se convirtió en un campo de batalla. Las Universidades de Ciencias Médicas tuvieron el reto particular de que la formación de sus educandos debía responder no solo a las necesidades de nuestra sociedad, sino también a las sociedades latinoamericanas, africanas y luego, a los de cualquier parte del mundo donde fueran necesarios sus empeños.Ese médico que hoy viste celosamente su bata, es el resultado de miles de horas hombre entre docentes y personal asistencial de la salud para formar a un profesional capaz y responsable, pero sobre todo embajador de lo mejor de nuestras costumbres y nuestra identidad. No es solo un profesional bien preparado en su especialidad. Es digno representante de lo que Martí llamó “hombres de luz”, capaces de poner esperanza y seguridad allí donde otros sólo habían dejado lágrimas.Durante los últimos cinco años, nuestra salud pública enfrenta la peor fuga de cerebros de las últimas cuatro décadas; lo que pudiera representar una crisis en cualquier sociedad occidental que pondría en jaque la estabilidad sistémica, en nuestro país se enfrenta con inteligencia. No dejan de ser cubanos aquellos que por mejores condiciones de vida abandonan a los suyos, o los que por perseguir el sueño estrellado terminan puliendo pisos o de jardineros en las grandes capitales del mundo. La solución está en nuestras aulas, en poner en manos de los estudiantes las herramientas que le permitan ponerse del lado de los que menos tienen y aprendan a amar su profesión por encima de cualquier cosa, incluso de su propia vida. En 1875 Martí dijo “…la medicina como el derecho, profesión de lucha; necesitase un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio; el contacto de las diarias miserias morales y materiales, el combate con la sociedad y con la naturaleza, hacen mal a las almas pequeñas, mientras que es revelación de cosas altas en almas altas y hermosas”. (1) He aquí una propuesta al problema, formar profesionales que primero sean médicos, con todos los sacrificios que esto conlleva, y luego hombres, con todas las responsabilidades que exige la palabra. No se puede amar lo que no se siente y menos lo que no se conoce. Puede que el peor desafío comience ahora, cuando muchos jóvenes ven en la medicina la forma más solventada de vivir, y son impulsados muchas veces por sus padres, y otras tantas por el peso de la sociedad que los rodea – entiéndase amigos, compañeros y personas cercanas- que le exigen sacrificar sus verdaderos sueños, muchos como maestros, músicos, arquitectos, por ser médicos sin sentirlo. Entran a las aulas con un alto índice de aprendizaje, con condiciones espectaculares para ser los mejores especialistas, o al menos los más preparados, pero muchos no sienten la medicina y ahí está el verdadero peligro. Requiere urgencia lograr que nuestros estudiantes, y sus familiares como pilares en su desarrollo pedagógico, comprendan que la medicina es un arte, tal como enseñar, que conlleva sacrificio y empeño y que nunca se debe esperar más premio que la satisfacción de haber hecho bien su trabajo y salvar una vida. La medicina no tiene un salario, no tiene más ambición que la de dar vida a su pueblo, cualquier empeño fuera de este, atenta contra la esencia más pura del verdadero médico cubano.Enseñar desde la doctrina martiana no puede seguir siendo una meta, tiene que convertirse en una realidad; pero una realidad sentida por nuestros profesores, no debe quedar en los planes de estudios, ni en resoluciones ministeriales, debe plasmarse en el aula como ejemplo vivo. Martí debe resucitar todos los días, como el sol, pero no debe morir en cada tarde, debe seguir vivo en las familias que son inequívocamente piedra angular de la educación.¿Pero cómo enseñar a ser sacrificado, a amar a los demás y a su trabajo, a entender que aun cuando los caminos se cierran y la vida parece acabarse, debe quedar la mano amiga y consoladora del médico?, ¿cómo enseñar que aun cuando no se tiene para darte lo que en realidad mereces debes hacer tu mejor esfuerzo y más si es posible?, ¿cómo enseñar a soportar las distancias y a extrañar a la familia?; pues eso no se enseña tan fácilmente. No existen libros sobre ese recurso pedagógico. Ahí entra Martí, su ejemplo como escuela. Enseñar a ser martiano es enseñar a ser justo y a apreciar las cosas buenas, las verdaderamente hermosas.Citando a Abraham Lincoln, cuando en una carta en 1830 al maestro de su hijo le recomendaba: “….él tiene que aprender que no todos los hombres son justos, que no todos son verdaderos, pero por favor decirle que para cada villano hay un héroe, que para cada egoísta también hay un líder preocupado…enséñele de la envidia y sácalo de ella, dele a conocer la profunda alegría de la sonrisa silenciosa…enséñele a escuchar a todos y a decidir solo…”. (2) Se precisa formar a nuestros hijos como buenos martianos, y este llamado va más allá de las aulas, por eso la elección de la categoría de hijos y no la de estudiantes. Este llamado también va a la familia, ser martiano es ser un buen cubano y todo buen cubano será necesariamente un buen revolucionario.Formar a nuestros hijos como buenos martianos será formar hombres y mujeres en la inmensidad de su palabra

Yoandry Martínez Guevara    

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Las bases de datos biológicos y la nueva formación médica Las bases de datos biológicos y la nueva formación médicaLas tecnologías de la información se han extendido por la práctica clínica, la docencia médica y las investigaciones sanitarias. La diversidad de sus aplicaciones va desde el control del equipamiento diagnóstico y de soporte vital al almacenamiento de datos variados, tanto de pacientes como de procesos; de la configuración de sistemas expertos basados en técnicas de inteligencia artificial y minería de datos hasta plataformas de acceso en línea a millones de artículos científicos. La actividad hospitalaria debe cambiar a partir de los sistemas de gestión de información, para convertirse en instituciones inteligentes que operan historias clínicas electrónicas como mínima unidad de representación de los pacientes. (1) La formación médica ha sido de las más beneficiadas, con el desarrollo de disímiles modalidades de la educación a distancia, las multimedias y muchas otras aplicaciones y dispositivos  para conectar a los individuos entre sí y con todos los recursos disponibles. Las investigaciones biomédicas, adicionalmente, han conducido a la emergencia de un nuevo destino para el conocimiento, y al mismo tiempo una fuente del mismo: las bases de datos biológicos. Aunque asociados originalmente al registro de secuencias, tanto de nucleótidos como aminoácidos, las bases de datos biológicos se han expandido con una complejidad creciente para incluir información sobre interacciones moleculares, redes metabólicas, resultados de experimentos y tecnologías diagnósticas, patrones de respuesta a medicamentos aprobados o en desarrollo, perfiles de expresión de genes, grupos de genes o del genoma completo, entre otras. Los profesionales que se desempeñan en la atención médica y los que se forman en los sistemas de docencia médica deben asumir, para mejorar la competencia y el actuar en los servicios de salud que brindan, que es ineludible el desarrollo de habilidades para identificar, evaluar, acceder e incorporar los contenidos de las bases de datos biológicos. Ellas van desde nuevas formas de bases bibliográficas, altamente interconectadas con otras fuentes, como es el caso del Catálogo en Línea de Herencia Medeliana (OMIM, por sus siglas en inglés) y la Enciclopedia Kyoto de Genes y Genomas (KEGG), a otras con datos más experimentales o en desarrollo, como Gene y el proyecto Ensembl, para genes y cromosomas, respectivamente. Todas las mencionadas descansan en los continuos aportes de la genética y la genómica, con aplicación en todas las áreas de las ciencias de la salud. Más cerca de la práctica clínica, entre muchas, puede mencionarse aquellas que registran, modelan o predicen la respuesta ante fármacos a partir de las características individuales, como es el caso de HapMap y PharmaGKB. El cáncer, hoy la primera causa de muerte en la provincia de Las Tunas, puede ser abordado desde la perspectiva de las mutaciones con alguna responsabilidad causal o de sus marcadores pronósticos (The Cancer Genome Atlas, COSMIC, dbCPCO). En la docencia médica se encuentran igualmente ejemplos que llegan a ser verdaderas curiosidades, para modelar en la computadora lo mismo una célula que un hombre. (2, 3) Su crecimiento es exponencial, lo que llama a su óptima identificación y clasificación, a los efectos de lograr su empleo más efectivo. La revista Nucleic Acids Research les dedica todos los años un número especial, para actualizarnos en los recursos recién desarrollados y en las nuevas funcionalidades de las ya existentes. (4) Veamos las bases de datos biológicos como recursos ineludibles, ahora muchas veces por su utilidad informativa; en pocos años, imprescindibles para la toma de decisiones en la cabecera del enfermo.

Orlando R. Serrano-Barrera    

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