SUMMARY
La crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de los recursos de apoyo social y la necesidad de crear y/o ampliar las redes sociales que proporcionen el apoyo necesario. Esto ha sido evidente ya que muchas personas perdieron sus fuentes de apoyo en las situaciones más necesitadas, incluido el apoyo público proporcionado por instituciones formales. Si bien aún no se ha evaluado la magnitud general del impacto social, se han planteado muchas preguntas, como resultado de esta crisis, sobre la mejora de los sistemas de apoyo existentes y el uso de otros posibles recursos sociales. Este ensayo tiene como objetivo arrojar luz sobre el papel de los grupos de autoayuda (también llamados grupos de autodesarrollo o crecimiento personal) como un recurso importante de apoyo social y resiliencia. Evidentemente, estos grupos han proporcionado un espacio para que las personas se conecten entre sí, compartan información útil, se brinden apoyo emocional e instrumental mutuo y desarrollen capacidad y resiliencia entre sus miembros. Esto ha sido más evidente durante la crisis de COVID-19, ya que las plataformas de autoayuda y ayuda mutua en línea desempeñaron un papel de apoyo clave cuando se restringió el movimiento. Argumentamos que los grupos de autoayuda representan un recurso social importante, no solo como un amortiguador contra las crisis, sino también como una herramienta para el cambio social y la mejora de la calidad de vida.