SUMMARY
Las prácticas del tejido y el bordado en el arte contemporáneo han reivindicado y desmitificado la tradición técnica artesanal asociada a la formación del llamado el Bello sexo o Ángel del hogar. Términos utilizados para representar del ideal de mujer en los siglos XIX y XX. Estas prácticas artísticas —propias de una cultura binaria, religiosa y patriarcal— en las últimas décadas han tomado un giro crítico para emerger como una forma emancipadora del arte. El presente artículo pretende realizar un análisis sobre las prácticas artísticas feministas y su relación con el tejido-bordado subversivo en Ecuador. Para esto se realizará un rastreo histórico sobre el origen del tejido-bordado como herencia cultural del quehacer artesanal como saber ancestral, colonial y profano. Lo que aportará a una apropiada contextualización local del tema. Se comentan las obras de dos mujeres artistas sudamericanas; Leticia Parente y Catalina Parra, que a través de prácticas como el cosido exhibirán sus manifiestos subversivos frente a los dispositivos de control, violencia y castigo en regímenes dictatoriales en sus respectivos países Brasil y Chile. Finalmente, a través del análisis visual y documental se enfoca el tejido y bordado como práctica subversiva en el arte contemporáneo ecuatoriano. Se revisa de las obras de las mujeres artistas Magdalena Pino y Janneth Méndez, mismas que dialogan el tejido como un saber estético y de materialidad simbólico. Así como también se estudia un segundo grupo de artistas: Ana Fernández (Miranda Texidor) y Andrea Zambrano quienes proponen una lectura del tejido-bordado como una experiencia asociada al arte colaborativo y relacional.