SUMMARY
Desde las anárquicas hordas persas de Jerjes a los flemáticos batallones británicos de Churchill, la empresa de cruzar los Dardanelos ha resultado no sólo ardua sino costosa y mortífera. Paradójicamente, el único indemne en saltar de Europa al Asia fue Alejandro el Grande al iniciar la victoriosa conquista del Imperio Aqueménida.