SUMMARY
Este artículo demuestra que desde la Independencia hasta principios del siglo XX, las élites regionales, provinciales y distritales de Lima utilizaron el creciente aparato educativo como un medio para conseguir y mantener la hegemonía política, para lo cual el clientelismo fue un mecanismo clave. Muchas de las deficiencias supuestas o reales de la educación primaria estuvieron directamente vinculadas a la búsqueda de poder político y de recursos materiales.