SUMMARY
En la historia y teoría fotográfica han prevalecido los modelos ontológicos que definen al objeto de acuerdo con una referencialidad originaria, una función sígnica que apunta a la contigüidad física y sus alcances en la inscripción material de un sentido siempre excepcionalmente humano. El siguiente artículo analiza de qué modo se hace posible pensar una fotografía en términos posthumanos y de qué manera dicha perspectiva baraja las posibilidades de una ontología fotográfica entendida en términos de una materialidad dinámica, vibrante y auto-poiética. Para poner a prueba este modo de comprensión y delimitación del objeto fotográfico serán analizadas un conjunto de artefactualidades que tensionan los límites de la forma y desarticulan cualquier pretensión representacional que envíe a la seguridad de un reconocimiento fotográfico y a la garantía de una idealidad significante. Objetualidades que ponen en operación un exceso fotográfico en el cual su espesor material reordena la partición de lo sensible.