SUMMARY
Los rankings universitarios internacionales son un fenómeno polémico pero de creciente repercusión y alcance en el conjunto de la sociedad. Mientras crecen también los cuestionamientos vinculados a la capacidad efectiva de este instrumento para valorar la calidad de la educación y a la metodología aplicada, son presentados, sobre todo en el debate que promueven los medios de comunicación, como fuentes rigurosas y objetivas de evaluación de la calidad de las universidades. Sin embargo, las consultoras que los comercializan generalmente están vinculadas a las grandes editoriales internacionales dominantes en el mercado de revistas académicas. Existen poderosos intereses comerciales detrás de estos sistemas de evaluación vinculados al control de las revistas con referato y sus impactos. Paralelamente al crecimiento de su legitimidad y prestigio ante la sociedad, se plantean conflictos con otros actores por la coordinación de la educación superior, en particular las universidades afectadas, los Estados que intentan promover mecanismos efectivos de mejora de la calidad y también aquellos mercados que ocuparán a los graduados universitarios y buscan competencias diferentes a las que promueve el mercado editorial, interesado únicamente en la publicación de papers. Por estas razones, los rankings dudosamente contribuyen a valorar efectivamente la calidad de las universidades y su acción tampoco es neutra, dado que a medida que aumenta su injerencia pueden promover sesgos y distorsiones en los procesos y prácticas desarrollados por las universidades.