SUMMARY
Vivimos cotidianamente una serie de prácticas económicas automatizadas que un cierto pensamiento social ha querido interpretarlas como una cuarta revolución industrial. En esta revolución, se hacen circular bienes inmateriales y simbólicos basados en el conocimiento; emergen paralelamente nuevas culturas de trabajo, reconfiguraciones de los mercados y de los mecanismos para elevar los beneficios financieros. También se le ha llamado capitalismo cognitivo, y en el núcleo de éste se encuentran las universidades y los centros de investigación y desarrollo. Se les piensa como instituciones donde lo que priva es la creatividad, el desenvolvimiento intelectual y se les ve como espacios que han superado el trabajo enajenante, el estrés y la explotación. El artículo que presentamos sugiere que ello no es así: en estas entidades del saber y de acelerada tecnificación se sigue presentando la precariedad y la alienación laborales. Analizamos una muestra de maestros universitarios de universidades de Hidalgo, México, y encontramos a través de una metodología mixta que hay una serie de condiciones institucionales (apoyadas por un conjunto de condicionantes sociales) que no sólo muestran la vivencia del estrés en sus trabajadores sino además acusan constantes daños a la salud.