SUMMARY
En 1955 Manuel Maldonado acomete la decoración de la sala de recreo del balneario de Lanjarón. Desde entonces y hasta 1973, en que concluye el mosaico que estuvo en la sala de llegadas del aeropuerto de Granada, el pintor lleva a cabo una intensa actividad muralista repartida por templos, edificios públicos, sedes de empresa y fincas particulares. Las líneas que siguen tratan de evidenciar las claves estéticas de su original elaboración mural, en un intento de volver la atención de la crítica hacia la figura de un artista que tanto lo merece.