SUMMARY
El psicólogo clínico, que interviene en la vida psíquica de un sujeto, debe tener en cuenta los principios éticos que rigen la intervención (primum non nocere – primero que nada no dañar, beneficencia, no maledicencia, autonomía y justicia). La importancia de estos principios se debe a que es la existencia humana la que está en nuestras manos, y es fundamental salvaguardar la integridad de cada paciente, toda vez que este confía en el terapeuta y se deposita en él los más íntimos secretos; es por ello que existe un secreto profesional amparado en la ley y palabra.