SUMMARY
En el s. XIX, cuando la psicología adquiere una autonomía como disciplina científica, marca los dominios en que se especializa, construyendo métodos y modos de acercamientos a sus objetos, donde el ser humano queda supeditado a las prácticas lógicas del dominio específico, descontextualizándolo de los marcos sociales, políticos y relacionales en los que se inscribe; termina legitimando su “quehacer” en la utilización del hombre como instrumento o como objeto de su instrumento.