SUMMARY
La matronería como profesión surge en occidente en respuesta a la urgencia nacional de controlar la mortalidad infantil, estableciéndose el embarazo, parto y puerperio como procesos en los cuales el cuidado fue cambiando a medida que avanzaba el conocimiento científico, produciendo consecuencias en el histórico lugar que han tenido las mujeres en el acompañamiento y la asistencia del parto. Desde lo anterior, el rol del cuidado a las parturientas adquirió una doble función sociopolítica: de acompañamiento y vigilancia. El siguiente artículo problematiza esta doble función a través de la figura de las matronas como lugar de materialización del dispositivo institucional que marca las relaciones con las parturientas, y abre un espacio de cuestionamiento acerca de cómo este dispositivo opera en el ejercicio de la violencia obstétrica.