SUMMARY
Las aproximaciones actuales al arte de posguerra española buscan descubrir las continuidades que sobrevivieron al brutal conflicto. Carlos Sáenz de Tejada, considerado artífice de la imaginería franquista y rehabilitado desde los ochenta, pintó en 1952, para la nueva fábrica de naipes de Fournier en Vitoria, una obra mural alejada de lo político donde mostraba la fabricación del naipe con aires legendarios junto la recreación de sus orígenes orientales con resonancias aventureras, creando un espacio de evasión de las penurias cotidianas.