SUMMARY
Una de las principales tareas encomendadas a los cónsules era la de auspiciar, favorecer, proteger y fomentar el comercio de sus naciones en el territorio en que desempeñaban su cargo. Jean-Baptiste Dauvergne durante los años en que fue cónsul general de Galicia y sus puertos tuvo como principal objetivo comercial lograr que los administradores de la renta de la sal en Galicia otorgaran su preferencia a la sal producida en Francia (concretamente en Bretaña) frente a la portuguesa. Analizamos la labor que llevó a cabo para alcanzar su propósito a través de las relaciones que estableció en Galicia, presentando los obstáculos que debió sortear, tanto para lograr abrir este mercado como para atraer a los productores bretones, las características que tuvo este tráfico y su debilidad intrínseca.