SUMMARY
Desde el inicio de la modernidad, la metafísica clásica fue objeto de las más variadas críticas. Entre los argumentos más conocidos está el de haber rigidizado el ser y el ente bajo el predominio de una sustancia de corte parmenídeo, que no logra dar cuenta de la alteridad, la diferencia, la gratuidad, lo imprevisible de la novedad histórica, el amor y la donación. El siglo xx se caracteriza por una intensa búsqueda de un nuevo giro ontológico que incorpore estas nociones como pilares del nuevo pensamiento. Entre los muchos y muy variados intentos encontramos a E. Stein, quien se anima a cruzar el Rubicón de los límites de la razón para elaborar una ontología de cuño trinitario. Partiendo de la novedad absoluta del ser como don de sí, su perspectiva permite enlazar tres magnitudes: la entrega de sí, la alteridad y la identidad de tal modo que el incremento de una redunda en el crecimiento proporcionalmente directo de las otras dos. En este artículo analizaremos los argumentos que permiten comprender este abordaje.