SUMMARY
El incremento en la incidencia del diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA) ha causado interés en el campo de la salud y la educación de manera sustancial. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estiman que en 2012, a la edad de ocho años, uno de cada 68 niños tuvo diagnóstico del TEA. Estudios realizados en 2016 por la Clínica Mexicana de Autismo (CLIMA) en León, Guanajuato, reportan una incidencia de uno por cada 115 niños con TEA. La ausencia de marcadores físicos de este trastorno dificulta su diagnóstico y detección temprana y la alta funcionalidad verbal que en algunos casos se presenta en el síndrome de Asperger y en el autismo de alto funcionamiento se ve reflejada en su detección tardía. Aquí se propone una aplicación que incorpora tecnologías de la información y comunicación (TIC) y otras herramientas digitales para tratar este tipo de casos.