SUMMARY
En este artículo se propone un acercamiento al universo dramático de William Shakespeare en un sentido filosófico más allá de las interpretaciones históricas, sociales y estéticas habituales en las teorías críticas más recientes. No se trata de resaltar sólo las intuiciones filosóficas contenidas en la obra shakesperiana, sino de intentar mostrar la irreductible condición filosófica de su imaginación literaria. Aun evitando los excesos bardólatras, se hace preciso revisar las relaciones paradójicas que mantiene el modelo trágico de Shakespeare con las categorías —y no las reglas— de la Poética aristotélica. Podrá observarse cómo, al ponerlas en jaque, la energía teatral de Shakespeare ha desvelado ambiguos territorios que la filosofía contemporánea explora a tientas como lugares de la invención moderna de lo «humano». Hamlet ejemplificará esta capacidad de suscitar un debate moral y estético en las interpretaciones de autores como C. Schmitt, S. Cavell, F. Ricordi o R. Girard.