SUMMARY
Se analiza cómo dentro de la autobiografía de Joaquín Lorenzo Villanueva de 1825 se inserta una larga sección sobre las Cortes de Cádiz, en la que se reproducen tertulias privadamente entre el autor y otros diputados. En ellas, Villanueva elude la narración de su vida política como parlamentario y prefiere realizar, según formatos literariostomados del género renacentista del diálogo, una discusión doctrinal sobre las bases ideológicas de sus posiciones político-religiosas jansenistas y liberales. Finalmente, seexplica esta manera indirecta de abordar su autobiografía politica como un anacronismo de un erudito ilustrado incapaz de adaptar sus formas literarias al nuevo debate político, a la práctica más dinámica del ensayismo político y la prensa y al paso de la sociabilidad privada a un nuevo régimen basado en la opinión pública.