SUMMARY
Se analiza la evolución de la dicotomía campo/ciudad entre los intelectuales de las primeras décadas del XIX. Mientras que en el espíritu ilustrado se producía una exaltación de la vida urbana y sus ventajas culturales e ideológicas frente a un mundo campesino que se presenta como embrutecido y dominado por la Iglesia, el Romanticismo reformula el viejo tópico del menosprecio de corte y alabanza de aldea. Se ejemplifica este proceso en tres fases a través de tres autobiografías, las de José Mor de Fuentes, Juan Antonio Posse y José Somoza Muñoz.