SUMMARY
Fernán Caballero desarrolla en su artículo «Los pobres perros abandonados» (1865) una crítica de la crueldad hacia los perros en España. La autora juega con la perspectiva femenina y maternal que ofrece una revista como El Ángel del Hogar para hablar de la construcción identitaria de España como nación civilizada a través del caso del maltrato animal. Mediante un juego literario que incluye a Antoine de Latour, Miguel de Cervantes y Dulcinea, una descendiente de los perros de El coloquio, aspira a desplegar varios propósitos educativos, en particular acerca del problema moral y consiguiente peligro que constituyen las novelas modernas.